Zaki Shalom, profesor de la Universidad Ben Gurion del Négev, en el sur de Israel, conoce a fondo las dificultades que atraviesa el proceso de paz entre Israel y los países árabes que lo rodean. Nacido en Irak en 1947, de chico su familia se radicó en Israel. Después de décadas de estudio e investigación, Shalom se convirtió en un experto en lo que él denomina "la opción nuclear israelí", un derecho del Estado judío que califica de "factor estratégico más importante para asegurar la paz en la región".
También tiene polémicas visiones sobre la resolución del centenario conflicto que sacude a Medio Oriente. Y casi ningún actor importante de esta trama queda a salvo de sus opiniones.
Según su perspectiva, el presidente norteamericano, Barack Obama, comete dos errores: desconoce los acuerdos firmados por su antecesor George W. Bush con el gobierno israelí y quiere resolver el conflicto "empezando por lo más difícil: el estatus final de Jerusalén".
Sostiene que los dirigentes palestinos "esperan que Obama haga el trabajo por ellos" y que la mejor solución sería la creación de un Estado palestino "con autonomía limitada,por un plazo de 15 o 20 años".
Invitado al país por la Universidad Maimónides y la Asociación Amigos de la Universidad Ben Gurión, Shalom defiende la postura del gobierno israelí, encabezado por Benjamín Netanyahu.
-¿Qué porcentaje de ficción y de realidad hay en torno al poderío nuclear de Israel?
-El proyecto nuclear de Israel comenzó en la década de 1950, luego de la declaración de la independencia. En 1969 Golda Meir y Richard Nixon llegaron a un entendimiento estratégico que es válido hasta hoy. Israel informaría a los Estados Unidos de todos los detalles de sus actividades nucleares, sin esconder nada, y Estados Unidos no presionaría a Israel para firmar el Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP). Ese acuerdo vino funcionando durante los últimos 40 años. Sin embargo, las cosas cambian?
-¿Por qué Israel podría tener ese derecho y no Irán?
-Israel debe tener ese derecho porque es el único país del mundo que está bajo amenaza de desaparición, de supervivencia, y cuya existencia quiere ser deslegitimada. La sociedad israelí todavía vive bajo el trauma de la Shoá. El liderazgo israelí es responsable, racional, y la opción nuclear en sus manos sólo sería usada bajo las peores circunstancias.
-¿La administración Obama representa un cambio real en las relaciones entre Israel y los Estados Unidos?
-Obama no está lejos de las posiciones tradicionales de su país con respecto a Israel y su política de asentamientos. Pero el cambio que sí trajo es dramático: un cambio en las reglas del juego.
-¿Qué reglas cambiaron?
-En principio, todo lo que se acordó entre Israel y la administración Bush pasó a ser irrelevante, y si no tienen validez los acuerdos previos, no podemos confiar en que se van a cumplir los posteriores. La tendencia general en la negociación siempre ha sido ir de lo simple a lo complejo. Obama quiere empezar por lo más difícil, que es el estatus de Jerusalén. Quiere imponer un acuerdo. En realidad, cuanto más problemas internos y externos tenga, más querrá resolver el conflicto de Medio Oriente. Para conseguir un segundo mandato debe conseguir un logro político y diplomático importante...
-La dirigencia palestina ha anunciado la creación de un Estado palestino en agosto de 2011. ¿Es esto factible?
-No creo que lo hagan. Lo que la dirigencia palestina espera es que los Estados Unidos hagan el trabajo por ellos. En mi opinión, el gobierno israelí, cualquiera que sea, no puede parar los asentamientos, todos y de una vez, si bien puede limitarlos o posponerlos. Si alguien quiere construir otra habitación en su casa, es imposible impedírselo, y si los árabes no lo quieren hacer, los judíos les comprarán la propiedad. El lobby que apoya los asentamientos es muy poderoso en Israel. Si Netanyahu tiene que elegir entre su relación con Obama y un conflicto con su propia coalición, preferirá un conflicto con Obama. Si va muy lejos, su gobierno no durará más de una semana, y él lo sabe muy bien. Debe zigzaguear para sobrevivir.
-No parece haber lugar para una solución a largo plazo?
-Debería haber un Estado palestino con autonomía limitada por un período de 15 o 20 años, y un Israel con capacidad de supervisar las fronteras para evitar la entrada de armas y misiles. Todo se puede negociar, menos Jerusalén, que toca los sentimientos de judíos y palestinos. El statu quo actual es confortable para ambas partes.
-Hamas y la Jihad islámica quieren construir el Estado con Jerusalén como capital?
-Todos tienen sus sueños, pero la gente aprende a limitar sus aspiraciones de acuerdo con la realidad.
-Muchos piensan, en Israel, que no existen interlocutores del lado palestino. ¿Coincide?
-No concuerdo. La Autoridad Nacional Palestina ha dado grandes pasos adelante. Tienen una efectiva milicia armada, que coopera con Israel contra los extremismos de Hamas y la Jihad islámica.
-¿Por qué el sionismo no es bien visto fuera de Israel?
-Hay críticas legítimas, medidas que no se aceptan no sólo fuera de Israel, sino también dentro de él. Esto es positivo. Cuando se llega al extremo de deslegitimar la idea de que los judíos tienen derecho a un Estado independiente, esto no debería ser aceptado por la comunidad internacional ni por las comunidades judías en el mundo. Israel, como Estado, y su cancillería, pueden hacer mucho más para explicar la causa. Tenemos muchas cosas buenas para mostrar, aunque tampoco deberíamos esconder los errores y las cosas malas que se cometen.
ZAKI SHALOM
Profesor universitario
Nació en: Irak, en 1947. Tiene 63 años.
Puesto: es investigador del Instituto de la Seguridad Nacional en la Universidad Ben Gurión.
Títulos: es doctor por la Fletcher School of Law and Diplomacy de la Universidad de Tufts (Boston).
Libros: entre otros, escribió Los superpoderes, Israel y el futuro del Jordán (1999); David Ben Gurion, el Estado de Israel y el mundo árabe (2002), y La opción nuclear israelí (2005).