Jorge Guinzburg: una biografía le rinde homenaje

Posteado el Dom, 25/07/2010 - 15:07
Fuente
Diario Clarín - 24/07/2010

 

El recuerdo de un grande Con testimonios de familiares, amigos y compañeros, Hugo Paredero evoca al prestigioso periodista, conductor, actor y productor.

 

Jorge Guinzburg sigue presente en la memoria de todos los que compartieron su vida y en el recuerdo del público que lo consagró como un grande de la televisión, la radio y el teatro. El periodista y dramaturgo Hugo Paredero escribió su biografía, editada por Capital Intelectual. Aquí, un adelanto del libro, Jorge Guinzburg. La inteligencia rebelde:

“En noviembre de 2001, cuando el país estaba por caer en un frente de tormenta que terminaría con algunas vidas y la mayoría de las ilusiones, un tornado particular sacudió la vida de Jorge Guinzburg con una mega fiesta: su casamiento con Andrea Stivel después de quince años de convivencia. La ceremonia judía, celebrada por el rabino Sergio Bergman, se llevó a cabo en el Abril Club de Campo de Berazategui, o si se prefiere Abril Country & Golf Club, un predio de 312 hectáreas, uno de los lugares más tradicionales de la Argentina, en su momento estancia de la familia Pereyra Iraola. Más de trescientos invitados, todo un día de esplendor gastronómico, etílico y musical al aire libre, la famosa fiesta inolvidable de la que todos los que fueron hablan y hablan. Todo el mundo de los novios estaba en esa fiesta, desde capos y estrellas hasta el último de los asistentes. La Negra Vernaci, testigo por parte de Andrea en la ceremonia civil en el parque de la casa, recuerda a los novios bajando con sus cuatro hijos: Impresionante, maravillosos todos; Andrea espléndida con un vestido de Bogani”.
Ernestina, la risa y el cariño

Mañanas informales arrancó el 16 de mayo de 2005, iba de lunes a viernes de 9.30 a 13, por canal 13. La producción periodística estaba a cargo de Alfredo Kurchan. El equipo de guionistas: Miguel Gruskoin, Hernán Ferreirós, Martín Vázquez y Leonel D’Agostino. Osvaldo Bazán en espectáculos, Gastón Recondo en deportes, Luciano Galende y Mario Mazzone en noticias, el payaso Mala Onda y el payaso Mala Ondiña en humor, en la locución Charly Caccaviello. Entre los camarógrafos, uno dilecto, Claudio Covre. El editor soñado, Rodolfo Bovero. Conducción general, Jorge Guinzburg-Ernestina Pais. Jorge peleó mucho para que estuviera en Mañanas informales, porque yo no era la elegida del canal. Él necesitaba alguien que se opusiera, pero que no actuara como una chica bonita y nada más, sino que necesitaba un interlocutor válido, por llamarlo de alguna manera. ¡Me hizo hacer un casting! ‘¿Me hacés hacer un casting?’ ‘No es para mí, boluda. Ellos nos tienen que ver funcionando para que yo pueda cerrar la presentación, porque me quieren meter una modelo’. ¡Cómo me reía con este tipo! Llegamos a mearnos de la risa literalmente. Tres horas y media de televisión a la mañana, radio a la tarde, y por ahí nos tocaba un evento a la noche. Me acuerdo que fuimos Jorge, el Bicho y yo a hacer un evento de HP, como un falso Mañanas Informales. Había un escenario, estábamos los tres arriba. En un momento el Bicho tenía que hacer su rutina, y yo me senté en un sillón pensando que detrás había una pared, y me caí del escenario para atrás, desaparecí del escenario. Ellos vinieron porque se asustaron, Jorge me mira, lo miro y veo que había quedado como paralizado y me pregunta: ‘¿Te lastimaste?’. Entonces nos miramos y nos empezamos a cagar de la risa, a mear mejor dicho. [...] Una manera mía de aprender era quedarme en su camarín y verlo trabajar, siempre le quedaba algo por hacer en el canal, le leía por sobre el hombro, y él laburaba. Un tipo que jamás tuvo un escritor fantasma, por ejemplo. Porque en general en cierto momento de la carrera de esta gente, encuentra uno que le gusta, figura Jorge Guinzburg, que escriba el otro y lo arreglás con doscientos pesos. De repente lo llamaba los fines de semana y él estaba con el culo en la silla escribiendo su columna para Clarín. A Ernestina le viene un recuerdo y ríe. ‘¿De qué te reís?’. Me acordé de cómo odiaba los jajaja de los mensajes de texto. Un ja, dos ja, incluso muchos ja, no pasaba nada, pero tres ja lo sacaban.

[...]Ernestina necesita levantarse del sillón y mover los brazos parasubrayar su sentir: Jorge tenía la vieja escuela de la tele, lo hablábamos con los cámaras, hombres que tienen cuarenta y cinco años de trabajo en canal 13. Te decían que con Jorge se muere una escuela de hacer tele. Esa escuela donde los técnicos eran escuchados. Esa escuela donde aprendías que si hacías reír a un cámara el chiste quedaba aprobado porque el cámara había visto pasar muchos boludos. Si un cámara quería estar en un programa por algo era. A las fiestas de fin de año del programa estaban invitados todos, no solamente el elenco, iban los tiracables, los cámaras, el asistente de sonido, el musicalizador, todos... Jorge contrataba un catering y era para todos los del canal, no había un catering para ellos y otros para los demás. Esas cosas hacían que uno laburara de manera diferente. Insisto: pura inteligencia. Él podía pedir cualquier cosa, pero bien. Debe ser porque no salteó ningún escalón. Entonces eso te forma de una manera. Con Jorge siempre decíamos: ‘una cosa es si te levantás el culo en verano y otra cosa es que hayas tenido que ir al gimnasio veinte años”.
El hombre-niño

“Carlos Ulanovsky: Eminencia de la réplica veloz y conmovedora, frente a la cual, ¿qué hacés? O lo matabas o te matabas de risa. Hombre-niño, todavía en la edad de los porqués y de las preguntas. La suya era una cabeza que no se detenía nunca. Personalidad que cuando uno iba él ya había ido y vuelto tres veces. Tomador de riesgos. Jugador de todas las mesas y de todas las timbas creativas. Realizador de excepción con muchos más proyectos que tiempo y energía para concretarlos, sostenerlos y desarrollarlos. Su muerte me dio una tremenda pena. Tenía muchísimo camino para recorrer. Desde entonces pienso en él y me sonrío, yo sé que no está vivo, porque no me habla ni le hablo, pero pienso que está cerca, que vive en una nube.”
 

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