“Una cultura que hizo un aporte fundamental al país”

Posteado el Lun, 26/11/2012 - 17:46
Autor
Liliana Tchukran De Benveniste
Fuente
Diario Clarín - 25/11/2012

 

Desde finales del siglo XIX, los judíos del Imperio Otomano –donde se había concentrado la principal corriente sefaradí tras la expulsión de España– abandonaron los distintos países del imperio debido a la crisis económica, a la obligación de hacer el servicio militar indefinidamente y a la inestable situación política.

¡A la América!

, se decía en el Cercano Oriente. Primero viajaban los varones y cuando lograban instalarse en alguna pensión o conventillo, traían a sus familias. Las calurosas cartas que los primeros en llegar mandaban a sus parientes y amigos sobre la próspera Argentina –en donde además se hablaba el castellano, lengua madre del ladino que ellos usaban– entusiasmaban a los sefaradíes a venir a nuestro país.

Muchos empezaron trabajando como vendedores ambulantes de telas, ropa, medias y juguetes; otros eran sastres o carpinteros. En Buenos Aires vivían cerca del puerto y en el centro, otros se instalaron en Córdoba, Rosario y Tucumán. En las décadas siguientes proliferaron las agrupaciones culturales y religiosas sefaradíes, alimentadas según el país de origen de sus integrantes. Los ladino-parlantes que llegaban de Turquía, Grecia y los Balcanes se afincaron en Villa Crespo, Colegiales, Flores y Once. Entre los inmigrantes de las demás principales corrientes sefaradíes, los marroquíes se instalaron en San Telmo o viajaron a otras ciudades bonaerenses y de las provincias de Santa Fe, Córdoba, Chaco, Formosa y Entre Ríos; y los sirios eligieron La Boca, Barracas y Lanús. Con los años, muchos de aquellos recién llegados lograron prosperar. Crearon negocios e instituciones conservando su identidad y su cultura e hicieron un aporte fundamental al crecimiento del país.

Coeditora de www.eSefarad.com

 

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