Analizando el presente, imaginando el futuro - Plural JAI presente en Limud BA 2012

Posteado el Lun, 09/07/2012 - 17:00
Autor
Julián Blejmar
Fuente
Para Plural JAI

 

La dirigencia no está a la altura de los tiempos; La asimilación, la indiferencia y la exclusión de muchos judíos con raíces o matrimonios mixtos desintegran el conjunto comunitario y debilitan el deseo de participación; factores económicos empobrecen a las instituciones cuyas estructuras es difícil de sostener;  el antisemitismo y antiisraelismo propios de nuestro tiempo; la dependencia de algunas instituciones a la ayuda monetaria de Israel o Estados Unidos”. Estos son los cinco ejes que Plural JAI consideró como una amenaza al futuro comunitario, y que propuso debatir durante un encuentro denominado “Los próximos 10 años de la comunidad judía en Argentina: Qué tenemos, que queremos, adonde vamos”, el cual se desarrolló en el marco del evento Limud, celebrado el pasado primero de julio en la Universidad Maimónides.

Así, ante un auditorio de alrededor de cincuenta personas, tres miembros de Plural JAI, Mirta Goldstein, Eduardo Nicenboim y David Salischiker, condujeron y moderaron un intercambio de ideas que plantearon como “horizontal”. Goldstein  leyó en el inicio un documento que previamente se había distribuido entre los asistentes, donde se planteaban los ejes mencionados así, como una breve historia comunitaria y la metodología del debate. Por su parte, Salischiker señaló el interés de Plural JAI por “analizar responsablemente qué es lo que está sucediendo en las instituciones de la comunidad, y qué modelo queremos diseñar”.

Las instituciones y la calle
El primero de los participantes, señaló que la comunidad era expulsiva por los altos costos que implicaba para muchos pertenecer a las instituciones, citando un estudio que señalaba que un matrimonio no puede ganar menos de 20.000 pesos para enviar a sus hijos a una escuela judía y ser socios de una institución sociodeportiva. En ese sentido, señaló que “no se puede disgregar esfuerzo, una sola sede central es suficiente para muchas actividades, actualmente muchos de los edificios están vacíos”, mientras que otra asistente señaló su experiencia en relación a la comunidad de México, que tenía un único club que albergaba a toda la comunidad, incluyendo la religiosa, agregando que también le preocupaba la falta de atención hacia los judíos del interior.

Se planteó también cual era el grado de representación real de la AMIA, por lo que desde Plural JAI se informó que última elección había sido “histórica” pues votaron más de 10.000 socios, es decir más del 50 por ciento del total, y que, además, en los últimos tres meses el padrón había aumentado un treinta por ciento, con lo que se encontraban habilitadas para sufragar alrededor de 27.000 personas. Con todo, también se agregó que la comunidad judía era el doble o triple de la sumatoria de estos socios y los 50.000 de las instituciones sociodeportivas, por lo que se consideraba que era necesario buscar y ser representativos de ese sesenta por ciento de judíos que no estaban vinculados comunitariamente.

Una profesional del Joint, Mónica Cullucar, señaló que era necesario contemplar el criterio de diversidad propio del pueblo judío desde sus orígenes, y respetar la decisión de muchos judíos que elegían estar fuera de las organizaciones y no pertenecer por diversas razones, sobre todo en “en un mundo tan cambiante, donde el adentro y afuera de las instituciones son valores muy relativos, ya que la gente va y viene, y donde por otra parte la pertenencia a las organizaciones está perdiendo peso en todo el mundo”. Asimismo, sugirió tener en cuenta que la variedad de instituciones respondía a este carácter diverso, que entre otros tenía que ver con juventud y adultez, capital e interior, askenazis y  sefaradíes, niveles de observancias, o matrimonios mixtos, y pidió tener en cuenta la experiencia del Plenario Permanente de Presidentes realizado tres décadas atrás, frente a la dificultad de crear un ámbito de representatividad de toda la comunidad judía. Los comentarios fueron apoyados por uno de los presentes que pidió “No neutralizar, sino convivir con la diversidad y sin exclusiones”. Salischiker, por su parte, señaló que la cuestión de la cantidad de instituciones era un debate que debía darse, lo cual no implicaba estar a favor o en contra.

Religiosos y/o seculares
Frente a la aspiración de un participante por intentar incorporar a los ortodoxos e intentar eliminar las distancias, otro de los asistentes señaló que más allá de los deseos la realidad marcaba que era imposible una unión ya que “ellos nos excluyen”, agregando que “es importante el respeto entre ambas corrientes, pero no siempre yo me siento respetado por ellos”. En este sentido, planteó la necesidad de debatir desde un ámbito no-religioso, pues a su juicio la comunidad marchaba por dos caminos separados, el de los ortodoxos, “que tienen un camino claro y trazado”, y el secular. A su turno, una participante señaló que los religiosos tenían una ventaja en cuanto a la organización “ya que ellos tienen un pensamiento monolítico, y le es fácil lograr lo que se proponen”.
Otro de los presentes, afirmó que si bien la normativa actual era que es judío el hijo de de madre judía, “la comunidad es más grande que la AMIA, y la colectividad es aún más grande que la comunidad”, y señaló en ese sentido que el Rosh Hashaná o el Pesaj Urabano u otras actividades o talleres de la colectividad demostraban que existía una participación mucho más grande que la institucional-comunitaria. Asimismo, manifestó que el movimiento conservador del que él era dirigente, intentaba reencauzar la concepción de considerar judíos solo al hijo de vientre judío incorporando a los conversos, ya que consideraba una “exclusión flagrante” prohibirle la entrada a quien elegía entrar a nuestro pueblo.

Desde Plural JAI se señaló que existía un importante problema con el tema de la paternidad judía, ya que la ley halájica señala que es judío quien proviene de vientre judío, lo cual tenía que ver con las violaciones, que estaban muy presentes en las diferentes persecuciones sufridas por el pueblo judío, pero que en la actualidad existía un importante debate no solo en torno a las conversiones sino también al lugar de la paternidad dentro de la identidad judía.

Raul Stolarza, otro de los miembros de Plural JAI, pidió revalorizar y defender los valores de la secularidad frente al movimiento religioso, dando como ejemplo “el querer mantener las tradiciones, la ética, o la educación a los hijos en el marco judío”. Asimismo, resaltó la necesidad de trabajar en incorporar al judaísmo el reconocimiento de las conversiones, los matrimonios interconfesionales,  y el lazo paterno, esto último junto al movimiento conservador.

El, ella, nosotros.
El coordinador del Centro de Matrimonios Mixtos, pidió la palabra para hacer referencia a una estadística que señalaba que el 74% de judíos de la diáspora contraen matrimonios mixtos. “Estas familias y sus hijos se preguntan cuál es la posición de la comunidad, ya que entre los ortodoxos está clara la respuesta pero en otros ámbitos no es claro que se nos ofrece”, puntualizó, al tiempo que agregó que “debería existir una propuesta y ser incluida en la plataforma electoral” y propuso “formar una comisión que estudie el tema”. Desde Plural JAI se señaló que creía muy importante su aporte, fundamentalmente porque hacía referencia “a una cuestión más amplia que la del matrimonio mixto, la de la familia mixta, lo cual era una punto de vista más inclusivo”.

Otro de los participantes, pidió modificar el término de “mixtos” por “interconfesionales” ya que esta palabra planteaba una situación de iguales. Asimismo, consideró que la comunidad era discriminadora, (“posiblemente todas lo hagan pero esta es la que conozco”) no solo a los matrimonios interconfesionales sino también a todo lo relacionado con la problemática de la droga o el abordaje de la homosexualidad, entre otros. En otro pasaje de la charla, se señaló que existía el programa denominado “Shaar” para matrimonios mixtos y sus familias multiculturales.

De generación en generación
La directora de la comunidad juvenil Beit Scopus de Rosario señaló a su turno su preocupación por ver tan pocos jóvenes en la sala, así como por la dificultad para convocarlos y la falta de conexión generacional. Frente a su señalamiento de que observaba una falta de acompañamiento por parte de los adultos para las áreas de juventud, Nicenboim señaló que era una realidad que en el ámbito no religioso el dialogo entre jóvenes y adultos era “inexistente”, e hizo referencia a la teoría social que señala que para los adultos dar poder a los jóvenes pone en riesgo su posición, con lo que reflexionó que “el espacio deben tomarlo los jóvenes e imponerse a los adultos”. Stolarza hizo alusión a su propia experiencia “fui de joven a una tnuá, luego me alejé de todo, y después regresé” y señaló que a su juicio los adultos deben apoyar proyectos autogestivos “porque los proyectos de juventud deben partir de los jóvenes, quienes tienen una riqueza que con el tiempo se va perdiendo”. Finalmente, Goldstein señaló el interés de Plural JAI por debatir específicamente los temas de juventud e interior y propuso a la participante tener un encuentro personal.

Un cierre abierto
Fueron muchos los que se quedaron con ganas de participar, pero, tal como lo señalaba el programa de Limud, el encuentro debía finalizar a la hora y media. Desde Plural JAI se destacó la riqueza del  debate, y se señaló que se organizarían próximos encuentros, haciendo foco en la visión sobre la actualidad y el futuro de las instituciones centrales de la comunidad, como AMIA, DAIA, OSA, o FACCMA. En este sentido, Goldstein señaló que las comunidades surgen por circunstancias de identidad, y que posiblemente los diversos cambios acontecidos provocaban que la necesidad de una actualización, lo cual no significaba borrar nuestro pasado y nuestras tradiciones. Como cierre, citó la frase del filósofo Derrida, “construir sin aniquilar”.
 

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